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Por: Dr. Luis Ernesto Pérez Ramírez
A un año de la primera persona contagiada en lo que parecía la lejana Wuhan China y del brote pandémico que ocasionaría después los relatos que se habrán de generar de ese momento, durante y después de la enfermedad que llego para quedarse aun con los esfuerzos de científicos que cada vez vislumbra la cercanía de una vacuna que lo único que beneficiara será a las chequeras de las farmacéuticas.
La gente que un inicio se declaraba escéptica de una enfermedad que pensamos nunca cruzaría los inmensos mares que rodean a nuestro continente y que realizábamos nuestras actividades cotidianas en una normalidad que en la historia del mundo como lo conocemos nunca ha existido.
La virtual normalidad con la que realizábamos actividades indiscriminadas solo es el punto de inflexión en el que los seres humanos nos damos cuenta de la vulnerabilidad de nuestro paso histórico en el universo.
La declaración de pandemia el 11 de marzo del 2020 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la crisis de salud mundial que habrá de marcar nuestro tiempo y definir los rumbos de nuevas dinámicas de comercio, política y convivencia en general nos convirtió en presos de un sistema de libre tránsito; la pandemia nos ocultó y limito el servicio público (toda atención que brinda el gobierno) a todos los niveles exceptuando al siempre enjuiciado, mal pagado y poco valorado HONORABLE CUERPO DE SALUD llámese IMSS, ISSSTE, SESA y/o particular.
Es ese venerable organismo dentro de las instituciones que permite el funcionamiento dinámico de la sociedad que siempre requiere de un servicio dispuesto a proclamar la salud sobre la enfermedad y la muerte, ese servicio situado en las comunidades más alejadas en donde presta servicio un médico pasante, pasando por los hospitales regionales y estatales hasta los hospitales de atención especializada, donde los galenos como una maquinaria bien organizada realizan la difícil tarea de cuidar al enfermo.
La pandemia nos enseñó que el gobierno sin gobernados no es nada, y aunque cruda realidad se puede explicar de la siguiente manera desde el ángulo de vista de un médico; el Gobierno genera condiciones para que la masa poblacional pueda aprovechas todas esas condiciones que generan bienestar, pero la sociedad no opta por hacer útil esos beneficios, eso quiere decir que, una sociedad desorganizada no vera los frutos del esfuerzo en cualquiera de los sentidos que se proyecte, ya sea del gobierno a los ciudadanos y también de la ciudadanía al gobierno.
A un año del Paciente 1 en WUHAN contagiado por COVID-19, ningún esfuerzo será suficiente al reto de una minoría infectada por la IGNORANCIA.