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*El cortejo fúnebre acompañó hasta su última morada a Agustín Hernández Roldán, quien era conocido en como “Guti”, en su natal Calpulalpan*

A los 57 años de edad, víctima de una enfermedad crónica degenerativa, falleció Agustín Hernández Roldán, mejor conocido en Calpulalpan como “Guti”, quien fue muy cercano a la gente, debido al oficio que desempeño a lo largo de su vida como comerciante, así como servidor público.

Agustín Hernández nació en el municipio de Calpulalpan el 2 de agosto de 1965 y fue el mayor de tres hermanos, Agustín, Dora Delia y Vicente; creció al amparo de sus padres Josefina Roldán Rodríguez, quien se desempeñaba como enfermera y Vicente Hernández Carmona, dedicado al noble oficio de tlachiquero y posteriormente comerciante, por lo que lograron ser reconocidos en la sociedad calpulalpense por su tienda “La Rosita”.

De familia humilde y con un gran sentido de responsabilidad, Agustín Hernández Roldán, en su juventud, contrajo matrimonio con Patricia Popocatl Valdez, con quien procreó a Alexander y Tania, por lo que a su vez deja un legado familiar en la transmisión de valores, responsabilidad, entrega y esmero.

“Guti” o “Don Guti”, como fue nombrado de cariño por decenas de amigos de diferentes extractos sociales, se caracterizó por su diaria labor de comerciante y su mejor cualidad fue tender la mano a la gente que más necesitó.

Tuvo la oportunidad de trabajar en el Gobierno del Estado, donde ocupó el cargo de jefe de recaudación de rentas, en Calpulalpan y posteriormente retomó su labor de comerciante, dedicándose a esta labor de tiempo completo en la tienda “La Rosita”, la cual logró consolidar en una de las tiendas más emblemáticas de la ciudad de Calpulalpan.

En el ámbito profesional, estudio la carrera de ingeniería en el Instituto Politécnico Nacional y a pesar de tener el grado de ingeniero, con la humildad que le caracterizaba dedico su tiempo en atender la tienda como le enseñaron sus padres.

En su paso como dirigente de locatarios del Mercado Municipal General Adolfo Bonilla, junto con otros comerciantes, logró la gestión de algunas mejoras para este inmueble, las cuales beneficiaron a locatarios y familias que dependen de estos.

Fue así como la mañana de este día locatarios y dirigentes encabezados por Mario Alfredo Salazar Juárez, le rindieron un homenaje póstumo en el mercado municipal, donde se pudo apreciar una alfombra de aserrín para colocar su ataúd, la cual tuvo como fondo las figuras de rosas.

Minutos más tarde, abrieron las cortinas de la tienda “La Rosita” y en el acceso fue colocado el ataúd, para que “Guti” estuviera por última vez en esa tienda, ahí donde pasó gran parte de su vida.

Por último, tuvo lugar una misa de cuerpo presente en la parroquia de San Antonio de Padua y más tarde el sepelio, en el panteón de la comunidad de San Mateo Actipan.