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El obispo de Tlaxcala, julio Cesar Salcedo Aquino e invitados especiales, en la comida que ofrecieron  para celebrar el 39 aniversario de ordenación sacerdotal del padre Jorge Luis Chuela Hacha  

Manuel MORALES

El obispo de Tlaxcala, Julio Cesar Salcedo Aquino, visitó el municipio de Nanacamilpa para celebrar la fiesta del cuerpo y la sangre de cristo, así como el 39 aniversario de ordenación sacerdotal del padre Jorge Luis Chuela Hacha y la bendición de la capilla de adoración del santísimo, en la parroquia de San José, donde hizo un llamado a la feligresía de la religión católica para hacer una sociedad más humana.

Tras culminar las actividades programadas en su visita a Nanacamilpa y en respuesta a la pregunta sobre la violencia que se vive en el municipio de Calpulalpan, el obispo de Tlaxcala, Julio Cesar Salcedo Aquino, comentó que esta aquí para acompañar a la comunidad, así como para dar apoyo a todas las familias que han sido víctimas de estas situaciones de violencia difícil.

En este sentido, hizo un llamado a la feligresía de la religión católica para que juntos logren hacer una sociedad más humana, ya que “cuando entre el evangelio, donde entra la palabra de Jesús, ahí se transforman los ambientes y es necesario que como discípulos de Jesús, que logremos crear ambientes más humanos y sanear ambientes”.

Afirmó que el llamado es para que todos hagan lo que les corresponde, para poder crear un ambiente más humano y más justo.

Explicó que es un proceso, ya que “necesitamos alimentarnos de la palabra, alimentarnos de la eucaristía y de la presencia de la comunidad, pues esto nos hace tomar conciencia de la necesidad de participar en la eucaristía no para encerrarnos en nosotros sino para servir a la comunidad”.

Agregó que está muy contento en Nanacamilpa, porque ya es tiempo fuerte de la visita al Santuario de la Luciérnaga y lo mejor es que esto sea una bendición para todos los pobladores de la comuna.

El párroco de Nanacamilpa, Jorge Luis Chuela Hacha, cortó el pastel alusivo a los 39 años de ordenación sacerdotal

Manuel MORALES