El psicólogo Ramón S. Gracia Castro, afirmó que en comunidades pequeñas y medianas, la gente unifica acudir al psicólogo con una desviación mental  

En México, este 20 de mayo se celebra el Día del Psicólogo, ya que fue este mismo día en 1998, cuando se estableció el festejo por la Federación Nacional de Colegios, Sociedades y Asociaciones de Psicólogos de México, por lo que en esta celebración, Ramón S. Gracia Castro, quien cuenta con la licenciatura en piscología y maestría en educación, comentó que desafortunadamente en las comunidades pequeñas y medianas como Calpulalpan, la gente unifica acudir al psicólogo con una desviación mental y no es para locos sino para gente que requiere orientación en su pensar, decir y actuar.

Detalló que en su profesión es común recibir personas que piden atención para su hijo porque tiene problemas, pero los menores tienen entre seis y ocho años de edad, por lo que “no podemos trabajar con un menor a esa edad sino con su entorno, el cual está relacionado con los padres, hermanos, tíos, abuelos o aquellos que desempeñan el rol de tutores”.

Mencionó que hay terapias que incluyen al niño de esa edad, pero el trabajo del psicólogo es buscar modificar el entorno de un niño porque no es una persona que está aislada, por lo que tiene que trabajar con el entorno que tiene que ser modificado, para que el niño pueda modificar su actuar y también su pensar.

Afirmó que el trabajo de un psicólogo le permite a la gente estar tranquila y poder desarrollar su vida de una manera mucho más acomodada que como estaba antes de acudir a sesión, ya que “a mí me busca la gente para atender niños con problemas de conducta en escuelas de preescolar, primaria y secundaria, así como parejas, pero esta última es la quemas me causa satisfacción”.

Explicó que han llegado parejas en la posición de divorciarse, como fue alguna pareja que pidió ayuda para organizar a quien se le queda cada uno de los bienes y los hijos, por lo que lejos de enfocar su trabajo para ver a quien se le quedaba cada cosa, se orientó en ver la razón de la separación y afortunadamente después de siete sesiones tomaron la decisión de estar juntos y a la fecha los ve en la calle y le saludan, por lo que “me da satisfacción ver que llegaron pensando cómo repartirse las propiedades y los hijos y terminaron pensando que se necesitaban uno al otro”.

En cuanto a los niños, dijo que es satisfactorio ver que un menor deja de estar siendo el punto de problemática familiar para ser parte de la familia de una manera normal sin ser el causante de los problemas, mientras que en el aspecto de los jóvenes, consideró que un punto en el que se podría trabajar, inclusive en salud pública, es en adolescentes y adultos jóvenes, pues las redes sociales están ocasionado un problema muy grave, donde los jóvenes es difícil que respeten a los mayores y de ahí parten otros problemas.

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Afirmó que dichos problemas se relacionan con la afición al alcohol y en algunos casos al consumo de drogas, por lo que la sociedad comienza a irse por un lugar distinto, por ello, el trabajo con adolescentes y adultos jóvenes incluye a las familias, porque es el resultado de una mala crianza en la infancia, pues en los hogares donde los padres trabajan se les dificulta hacer una terapia de familia completa.

Respectó a los costos, dijo que las consultas de especialistas en ciudades como Tlaxcala o Apizaco tienen un costo de 700 pesos en adelante, mientras que en Calpulalpan los precios van de 500 pesos en adelante, incluyendo la de médicos generales, aunque hay quienes cobran menos, pero el psicólogo tiene una tarifa diferente, pues hay quienes cobran entre 100 y 150 pesos por sesión de 45 minutos o una hora, así como quienes cobran 400 o 500 pesos por una sesión de 45 minutos o una hora.

Aseguró que estas tarifas comparadas con lo que se pude solucionar es poco, ya que la persona tiene que pensar hasta donde le conviene invertir en su salud mental, pues cuando algo le duele va al médico, lo receta y se compone, pero cuando se trata de una estabilidad emocional, la gente tiene que valorar cuanto le conviene estar tranquilo o seguir con una vida intranquila.

“Deseo un feliz día a todos los compañeros de profesión, pues hay gente joven que viene empujando muy fuerte y los que ya tenemos algunos años, tendremos que dejar espacio a esas nuevas generaciones”.