In this article:

Con 87 años de edad, el señor Gabriel Islas Islas, originario de la comunidad de San Felipe Sultepec y avecindado en Calpulalpan, de oficio mecánico, ha hecho poesía a la mujer y a la madre, al maestro y al campesino, al maguey y al pulque, pero también a Calpulalpan

El trabajo diario y la sencillez de la vida honrada que da grandeza a un hombre, inspiraron a Don Gabriel Islas, para hilar palabras que su mente formaba, las cuales quedaron plasmadas en el libro titulado La Vida de un Campesino, donde las personas pueden leer poemas como Recuerdos de mi tierra, Maestro rural, A mi madre, Los consejos de mi padre, El néctar del maguey, A la mujer y Mi Calpulalpan, entre otros.

En la conmemoración de la incorporación de la municipalidad de Calpulalpan a Tlaxcala, Don Gabriel Islas, comentó sobre el cariño que tiene a su terruño, lo que le motivo a componer la poesía Mi Calpulalpan, donde hace mención de Nezahualcóyotl, así como de la gente de este lugar, de su feria patronal, de la festividad del 16 de octubre y la importancia de preparar profesionalmente a las nuevas generaciones, para que un día este pueblo sea grande.

Afirmó que La Vida de un Campesino es un poema al hombre que sin reparar en la pobreza y las inclemencias del tiempo, luchó día a día para sobrevivir sin la ayuda de un amigo, por lo que “yo le digo a mis hijos, que hay que trabajar para vivir y vivir para el trabajo, porque al que le gusta el trabajo también le gusta reír y al que no le gusta el trabajo, trabajo le da vivir”.

Detalló que hace varias décadas solo había tres mecánicos en la comuna, por lo que el taller de su propiedad era de los más visitados, a solo unos pasos de la plazuela de Santa Cecilia, donde lo mismo reparaba un tractor agrícola que un automóvil y aun así, después de trabajar, en lugar de dormir pensaba los versos que a su memoria llegaban.

Agregó que en la actualidad resulta importante que la juventud estudie, pues Calpulalpan requiere de gente preparada para crecer, con mejores servicios e infraestructura urbana, por lo que “el amor a los seres queridos, a la tierra, al trabajo, el afecto a los amigos y muy en especial el cariño a la vida, es lo que nos debe motivar a todos por igual.